Historia Contemporánea

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En los años de la Guerra de Independencia española frente a Francia napoleónica (1808-1814), los habitantes de Negreira, junto con los de Padrón, Santiago, Noia y otras poblaciones formaron un regimiento que se distinguió por sus batidas contras los mariscais Ney y Soult.

Negreira tampoco fue ajena la revolución liberal gallega del 1846, ya que el alcalde, Domingo Maceira, fue invitado por algunos miembros del movimiento insurreccional a unirse a ella, mas finalmente, este optó por seguir siendo fiel al poder constituido.

Uno de los peores años que se vivieron en Negreira fue lo de 1853 debido el hambre. El Año del hambre estuvo motivado por las grandes treboadas y persistentes lluvias que produjeron abundantes asolagamentos y la pérdida de las cogidas de la población campesina pobre, que constituía su casi total base económica. Se gastaron los ahorros, se vendió el ganado y se hipotecaron tierras y viviendas, incrementándose los especuladores que así pudieron enriquecerse fácilmente. La rapiña hizo acto de presencia y todo esto obligaría el gobierno local a tomar una serie de medidas como la creación de los grupos de vigilancia nocturna, o las rebajas en las contribuciones y las cargas fiscales, y la busca de granos para las sementeiras.

Con la sublevación del general Prim en 1868, Roque Ferreiro tiene la ocasión de recuperar el poder momentáneamente, destituyendo en masa a corporación municipal y la otros funcionarios, mas este movimiento no llegó a consolidarse, y a los veinte días a normalidad retornó el consistorio nicrariense.

Un acontecimiento de especial importancia se vivió en 1906, cuando el 17 de febrero, reinando en España Afonso XIII, se promulga un Real Decreto por lo que se le concede a Negreira la categoría de ?Vila? de una manera oficial, por su importancia agrícola, aumento de la población y constante adhesión a la Monarquía Constitucional.

En estas fechas, y heredado del siglo XIX, la villa de Negreira se configuraba en centro dos bandos políticos agrupados alrededor de unas familias liberales (Caamaño) y conservadoras (Fabeiro). Pero las calas en la situación en torno al 1920 permiten extraer la conclusión que se habían dado una serie de recomposicións en los grupos dominantes, que mismamente llegarían a perder el carácter de bando en los años treinta, fruto de una nueva articulación social y del nuevo marco político. Fueron cuando menos diecisiete las agrupaciones políticas que solicitaban adhesiones en aquella sociedad negreiresa.