Monumento al emigrante

Esta obra de Fernando García Branco de 1997 compuesta por piedra y bronce, se sitúa en la plaza contigua a la Capilla de San Mauro, próxima al Pazo de Cotón, antes de cruzar sus arcos saliendo del centro de Negreira.

Con el, se homenajean a los muchos emigrantes que tuvieron que salir de la zona en busca de una mejor vida para ellos y los suyos.

Este monumento se compone de tres personajes que representan un hecho. Un hombre con su pequeño equipaje y rostro serio y decidido camina lejos de su hogar, dejando atrás su familia. Desde el otro lado de la pared de piedra, un niño llorando, su hijo, aunque le agarra del pantalón desde la ventana para retenerlo y que non se vaya.

 

Alén de la pared que representa el hogar y del Planeta Tierra se encuentra la otra escena de representación: la mujer y madre, mantiene en brazos un niño más pequeño al que consuela y acariña.